Wednesday, October 1, 2014

LOS DIEZ GRANDES PERGAMINOS DEL ÉXITO (PERGAMINO #1) "EL VENDEDOR MAS GRANDE DEL MUNDO"

                                                                             
                                              
 "EL PERGAMINO NÚMERO UNO"

Hoy comienzo una nueva vida.
Hoy mudaré mi viejo pellejo que ha sufrido, durante tanto tiempo, las contusiones del 
fracaso y las heridas de la mediocridad.
Hoy nazco de nuevo y mi lugar de nacimiento es una viña donde hay fruto para todos.
Hoy cosecharé uvas de sabiduría de las vides más altas y cargadas de frutas de la viña, 
porque estas fueron plantadas por los más sabios de mi profesión que han venido antes que 
yo, de generación en generación.
Hoy saborearé el gusto de las uvas frescas de las vides, y ciertamente me tragaré la semilla 
del éxito encerrada en cada una, y una nueva vida retoñará dentro de mí.
La carrera que he escogido está repleta de oportunidades, y al mismo tiempo llena de 
angustia y desesperación, y los cadáveres de aquellos que han fracasado, si se los pusiera 
uno encima de otro, proyectarían su sombra por encima de todas las pirámides de la tierra.
Y sin embargo no fracasaré como los otros, puesto que en mis manos sostengo las cartas de 
marear que me guiarán a través de corrientes peligrosas hasta las playas que solo ayer me 
parecían un sueño.
El fracaso no será mi recompensa por la lucha. Así como la naturaleza no ha hecho 
provisión alguna para que mi cuerpo tolere el dolor, tampoco ha hecho provisión para que 
mi vida sufra el fracaso. El fracaso como el dolor, es ajeno a mi vida. En el pasado lo acepté 
como acepté el dolor. Ahora lo rechazo y estoy preparado para abrazar la sabiduría y los 
principios que me sacarán de las sombras para internarme en la luz resplandeciente de la 
riqueza, la posición y la felicidad, muy superiores a mis más extravagantes sueños hasta que 
aun las manzanas de oro en el jardín de las Hespérides no parezcan otra cosa que mi justa 
recompensa.
El tiempo le enseña todas las cosas a aquel que vive para siempre, pero no puedo darme el 
lujo de la eternidad. Y sin embargo dentro del tiempo que se me ha asignado debo practicar 
el arte de la paciencia, porque la naturaleza no procede jamás con apresuramiento. Para 
crear el olivo, el rey de todos los árboles, se requieren 100 años. Una planta de cebolla es 
vieja después de 9 semanas. He vivido como una planta de cebolla. Pero no he estado 
conforme con ello. Ahora quisiera ser el más grande de los árboles de olivo, y en realidad el 
más grande de los vendedores.
¿Y cómo lo lograré? Porque no tengo ni el conocimiento ni la experiencia para alcanzar la 
grandeza, y ya he tropezado con la ignorancia y caído en el charco de la compasión por mí 
mismo. La respuesta es sencilla. Comenzaré mi viaje sin el estorbo de los conocimientos 
innecesarios o la desventaja de una experiencia carente de significado. La naturaleza me ha 
proporcionado ya el conocimiento y el instinto, muy superiores a los de cualquier bestia en 
el bosque; y a la experiencia se le ha asignado un valor exagerado, especialmente por los 
viejos que asienten sabiamente con la cabeza y hablan estúpidamente.
En realidad la experiencia enseña sistemáticamente, y sin embargo su curso de instrucción 
devora los años del hombre de manera que el valor de sus lecciones disminuyen con el 
tiempo necesario para adquirir su sabiduría especial. Y al final se ha malgastado en hombres 
que han muerto. Además, la experiencia se compara con la moda. Una acción o medida que 
tuvo éxito hoy será irresoluble e impráctica mañana.
Solamente los principios perduran y estos poseo, porque las leyes que me conducirán a la 
grandeza figuran en las palabras de estos pergaminos. Me enseñan más a evitar el fracaso 
que a alcanzar el éxito, porque, ¿qué es el éxito sino un estado mental? ¿Cuáles dos 
personas, entre mil sabios, definirán el éxito con las mismas palabras? Y sin embargo el 
fracaso se describe siempre de la misma forma. El fracaso es la incapacidad del hombre de 
alcanzar sus metas en la vida, cualesquiera sean. 
En realidad, la única diferencia entre aquellos que han fracasado y aquellos que han tenido 
éxito reside en la diferencia de sus hábitos. Los buenos hábitos son la clave de todo éxito. 
Los malos hábitos son la puerta abierta al fracaso. De manera, entonces, que la primera ley 
que obedeceré, y que precede a todas las otras es la siguiente: me formaré buenos hábitos, y 
seré el esclavo de esos hábitos.
Cuando era niño, era esclavo de mis impulsos, ahora soy esclavo de mis hábitos, como lo 
son todos los hombres crecidos. He rendido mi libre albedrío a los años de hábitos 
acumulados, y las acciones pasadas de mi vida han señalado ya un camino que amenaza 
aprisionar mi futuro. Mis acciones son gobernadas por el apetito, la pasión, el prejuicio, la 
avaricia, el amor, temor, medio ambiente y hábitos; el peor de estos tiranos es el hábito. Por 
lo tanto si tengo que ser esclavo de los hábitos, que sea esclavo de los buenos hábitos. Los 
malos hábitos deben ser destruidos y nuevos surcos preparados para la buena semilla.
Adquiriré buenos hábitos y me convertiré en su esclavo.
¿Y cómo realizaré esta difícil empresa? Lo haré por medio de estos pergaminos, porque 
cada uno contiene un principio que desalojará de mi vida un hábito malo y lo reemplazará 
con uno que me acerque al éxito. Porque hay otra ley de la naturaleza que dice que solo un 
hábito puede dominar a otro. Así pues, para que estas palabras escritas cumplan la tarea para 
la cual han sido designadas, debo disciplinarme a mí mismo y adquirir el primero de mis 
nuevos hábitos que es el siguiente.
Leeré cada pergamino durante 30 días en esta forma prescrita, antes de proceder a la 
lectura del pergamino siguiente.
Primero, leeré las palabras en silencio cuando me levanto por la mañana. Luego leeré las 
palabras en silencio después de haber participado de la comida del mediodía. Finalmente 
leeré las palabras de nuevo antes de acostarme al finalizar el día, y aún más importante, en 
esta oportunidad leeré las palabras en voz alta.
Al día siguiente repetiré este procedimiento, y continuaré de esta manera durante 30 días. 
Luego empezaré el siguiente pergamino y repetiré este procedimiento durante otros treinta 
días. Continuaré en esta misma forma hasta que haya vivido con cada uno de los pergaminos 
durante 30 días y mi lectura diaria se haya convertido en hábito.
¿Y qué realizaré mediante este hábito? Reside aquí el secreto oculto de todas las 
realizaciones del hombre. Al repetir diariamente las palabras, se convertirán pronto en parte 
integral de mi mente activa, pero aún más importante, se filtrarán también hasta la otra 
mente mía, ese misterioso venero que nunca duerme, que crea mis sueños, y con frecuencia 
me hace proceder en una forma que no comprendo.
A medida que las palabras de estos pergaminos son absorbidas por mi misteriosa mente, 
comenzaré a despertar, todas las mañanas, con una vitalidad que no he conocido nunca. Mi 
vigor aumentará, mi entusiasmo se acrecentará, mi deseo de enfrentarme con el mundo 
dominará a todos los temores que antes me asaltaban al amanecer, y seré más feliz de lo que 
jamás había pensado que fuese posible en este mundo de luchas y dolor.
Finalmente, descubriré que reacciono ante todas las situaciones que me confrontan como los 
pergaminos me ordenaron que reaccionara, y pronto estas acciones y reacciones serán fáciles 
de realizar, porque todo acto se hace fácil con la práctica.
De manera, entonces, que nacerá un hábito nuevo y bueno, porque cuando un acto se hace 
fácil mediante la repetición constante se convierte en un placer realizarlo, y si es un placer 
realizarlo corresponde a la naturaleza del hombre el realizarlo a menudo. Cuando lo hago 
con frecuencia se convierte en un hábito y yo me convierto en su esclavo y puesto que este 
es un buen hábito, esta es mi voluntad.
Hoy comienzo una nueva vida.
Y me hago un solemne juramento de que nada retardará el crecimiento de mi nueva vida. No 
interrumpiré ni un día estas lecturas porque el día que pierda no podrá recobrarse jamás ni 
podré sustituirlo por otro. No debo interrumpir, no interrumpiré este hábito de la lectura 
diaria de estos pergaminos, y en realidad, los pocos momentos que pase todos los días en 
este nuevo hábito serán un precio insignificante que tendré que pagar por la felicidad y el 
éxito que serán míos.
Y mientras leo y releo las palabras de los pergamino siguientes, no permitiré jamás que la 
brevedad de cada pergamino ni la sencillez de sus palabras me lleven a tratar livianamente su 
mensaje. Miles de uvas se prensan para llenar una botella de vino y el hollejo y la pulpa son 
arrojados a los pájaros. Así es con estas uvas de la sabiduría de los siglos. Mucho se ha 
filtrado y arrojado a los vientos. Solamente la verdad pura yace destilada en las palabras que 
vendrán. Beberé según las instrucciones y no derramaré ni una gota, y la semilla del éxito 
ingeriré.
Hoy mi viejo pellejo se ha vuelto como polvo. Caminaré erguido entre los hombres y no me 
reconocerán, porque hoy soy un nuevo hombre, con una nueva vida.


Esperamos que te hayamos dado una alternativa para facilitar tu vida y aprovechar al máximo tu vida. No olvides dejarnos tus comentarios y compartir esta información con alguien que creas que le pueda ser de utilidad. Contactame directamente a mi correo electronico a crecimientopersonal001@gmail.com

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